Prefacio - ¿Practica la Iglesia lo que predica?, por Warren W. Wiersbe

¿Practica la Iglesia lo que predica?, por Warren W. Wiersbe

Prefacio 


Ha sido difícil escribir este libro porque en él he tenido que criticar algunas cosas que me llegan muy de cerca, y esto es siempre doloroso. 

He pastoreado tres iglesias y me duele tener que señalar los puntos en que hemos fallado. Si algún incrédulo lee este libro como pretexto, permítame decirle con toda claridad que prefiero ser un cristiano en lucha constante dentro de una iglesia imperfecta, que un perfecto pecador fuera de ella. Uno de los padres de la iglesia dijo que la iglesia es muy semejante al arca de Noé: Si no fuera por el juicio afuera, no se aguantaría el mal olor adentro. 

Uno de los padres de la iglesia dijo que la iglesia es muy semejante al arca de Noé: Si no fuera por el juicio afuera, no se aguantaría el mal olor adentro. 

Como autor, editor y predicador radial he invertido mucho tiempo, dinero y energía en ministrar a través de este medio, y simpatizo con los editores y productores. No obstante, los ministerios a través de los medios radiales y televisivos están en problemas y deben encarar la situación con gran honradez. Espero que ninguno de mis amigos en la radio, televisión y editoriales piensen que los estoy atacando. Créanme, que el pronombre que uso es "nosotros" no "ellos". Deseo escribir como testigo y no como fiscal. Todos estamos implicados en esto. 

Es indudable que muchas personas se sentirán preocupadas al leer este libro. He tratado de escribir cautelosa y compasivamente; pero siendo la naturaleza humana como es, sin lugar a dudas, alguien interpretará incorrectamente lo que he dicho. El lector errará el punto si busca en estas páginas a tal organización o a aquel predicador. Este libro trata de la crisis en la que todos nos encontramos. No es la autopsia del cadáver de otros, sino que es algo que nos involucra a todos los que profesamos confiar y servir a Jesucristo. 

 Y bien, si soy malentendido, que así sea. El Señor conoce mi corazón y Él es el juez supremo. 

¿Es entonces algo terrible no ser entendido? — preguntó Emerson.
La gente no entendió a Pitágoras, a Sócrates, a Jesús, a Lutero, a Copérnico ni a Newton." 

Aunque ciertamente yo no estoy a su nivel, es alentador saber que estaré en tan buena compañía. 

Le doy gracias a Dios por tener el privilegio de haber vivido durante esta época emocionante en la historia de su Iglesia. La única otra época en que habría escogido vivir sería la era victoriana en la Gran Bretaña; pero nadie pidió mi opinión. Le doy gracias a Dios porque en estos años me ha permitido colaborar en una pequeña parte de su obra y compartir con algunos de los grandes hombres de Dios, hoy. Debería mostrar mi gratitud a todos ellos mencionando sus nombres; pero no lo haré. ¡Si lo hiciera, algunos de ellos se sorprenderían al descubrir que fueron gigantes! 

Hay algunas cosas en esta obra que he querido decir durante mucho tiempo, y que las habría dicho incluso aunque no se hubiera producido el escándalo dentro de este medio. Los recientes escándalos religiosos no constituyen el tema de esta obra, solo son los acontecimientos que me ayudaron a organizar mis pensamientos. En el servicio matutino de adoración de la Convención de Libreros Cristianos de 1987, presenté un mensaje basado en Nehemías, "Restauración en el día de oprobio", y mi buen amigo, el doctor Oliver, me instó a que lo ampliara en forma de libro. Es difícil negarle algo a Víctor, de modo que consentí en ello. De haber sabido lo dolorosa que resultaría esta experiencia, probablemente me habría resistido un poco más. 

Estamos viviendo días de gravedad para la iglesia y el tiempo es corto. Lo sé, los predicadores han estado diciendo lo mismo desde la época de Pablo, y es la verdad. Dios nos ha dado una oportunidad sin precedentes para alcanzar al mundo con el evangelio; pero no podemos lograrlo sin integridad personal y organizativa. 

No espero que el lector esté de acuerdo conmigo en todo lo que he escrito. Lo que espero es que incline la cabeza conmigo y diga: - Señor, ¿soy yo?


Capítulo siguiente: Oprobio   
Prefacio - ¿Practica la Iglesia lo que predica?, por Warren W. Wiersbe Prefacio  - ¿Practica la Iglesia lo que predica?, por Warren W. Wiersbe Revisado por el equipo de Nexo Cristiano on mayo 14, 2024 Rating: 5
Con tecnología de Blogger.