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LA ORACIÓN SATURADA DE BIBLIA:

un acto de apropiación por fe

"Sólo hay tres clases de personas en el mundo de hoy - manifestó un predicador anónimo -. Los que tienen miedo, los que no saben lo suficiente como para tener miedo, y los que conocen la Biblia."

Aun cuando la Palabra de Dios es esencial para toda nuestra experiencia cristiana, es especialmente fundamental para la oración. En el mismo grado en que creamos la Palabra de Dios y la apliquemos a la oración, Dios derramará su poder durante nuestra oración.

Nunca podremos esperar crecer en la confianza espiritual, si dedicamos muy poco tiempo, o no dedicamos ninguno, a conocer a Dios por medio de su Palabra. Así que la Palabra de Dios tiene que llegar a ser una parte real de la vida devota. Podemos estudiar la Biblia durante toda la semana, pero también debemos tratar de incluir la Palabra de Dios directamente en nuestra oración diaria.

Sólo cuando aplicamos sistemáticamente la Palabra de Dios durante la oración, llegaremos a comprender cabalmente cuánto poder de Dios tenemos a nuestra disposición. Leonard Ravenhill predicó: "Cualquier día de estos, algún alma sencilla tomará el Libro de Dios, y lo leerá, y lo creerá. Los demás nos quedaremos avergonzados. Hemos adoptado la teoría conveniente de que la Biblia es un libro que ha de ser explicado; pero primero y por encima de todo, es un libro que ha de ser creído (y después de eso, ha de ser obedecido)."

Alimento divino

"La oración - dijo E. M. Bounds -, proyecta la fe en Dios, y a Dios en el mundo. Sólo Dios puede mover montañas, pero la fe y la oración mueven a Dios."

. Es verdad que la fe combinada con la oración mueve montañas, ¿pero dónde obtenemos esta fe que mueve montañas? Pablo recordó a los creyentes romanos: "Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios" (Romanos 10:17). De ningún otro modo puede fortalecerse nuestra fe como cuando nos familiarizamos con la Palabra de Dios.

"El ayuno y las largas horas de oración no son los que desarrollan la fe - escribió E. W. Kenyon -. La lectura de libros que traten de la fe y de los hombres de fe y sus hazañas, sirve para despertar en el corazón una profunda pasión por la fe; sin embargo, no desarrolla la fe. Sólo la Palabra de Dios es la verdadera fuente de la fe."

Pocos escritores han ejercido tanta influencia sobre los cristianos de oración, como Andrew Murray. Como tantísimos santos notables de Dios, Andrew Murray desarrolló una intensa vida de oración fuertemente saturada de la Palabra de Dios. Una vez explicó: "Un poco de la Palabra con un poco de oración es mortal para la vida espiritual. Mucho de la Palabra con poca oración nos produce una vida enfermiza. Mucha oración con un poco de la Palabra nos da más vida, pero sin constancia. Una medida plena de la Palabra de Dios y de oración cada día, nos da una vida saludable y poderosa."

Nuestro tiempo de oración, no importa cuán intenso sea, nunca está verdaderamente completo sin el alimento divino que sólo se halla en la Palabra de Dios. En efecto, la Palabra de Dios es el verdadero libro de oración del cristiano. Es nuestra guía y nuestro fundamento para toda oración eficaz. Descuidar la Palabra de Dios es descuidar el poder de Dios. Lehman Strauss agrega: "Cuando descuidamos la lectura diaria, sosegada y meditativa de la Palabra de Dios, bloqueamos la línea vital de comunicación procedente del trono de la gracia de Dios. Nuestra permanencia en Cristo por medio de la Palabra es un proceso vital que nunca debe cesar."

G. Campbell Morgan fue otro predicador talentoso que consideraba inútil su hora de oración, sin un buen auxilio de la Palabra de Dios. Este predicador advirtió: "Mis hermanos, busquen la manera de que, cuando amanezca el día, ustedes acudan a Dios para el sustento de su vida espiritual. Eso los hará fuertes contra las tentaciones del diablo. Muchísimas personas se enfrentan a las tentaciones del día espiritualmente desnutridos y hambrientos; por tanto, son atacados por toda clase de incitaciones del enemigo. Es el hombre que Dios alimenta espiritual y físicamente, el que tiene más probabilidades de vencer en la hora de la tentación.

Reclamar las promesas de Dios

Pocos líderes del siglo pasado fueron tan conocidos por su profunda confianza en Dios y por su eficacia en la oración, como George Müller. A los noventa años de edad Müller pudo declarar: "Nunca he hecho una oración que no haya sido contestada." El afirmó que el secreto de recibir respuestas a la oración está en la manera como el cristiano aplica la Palabra de Dios mientras ora.

Por ejemplo, George Müller siempre oraba con una Biblia abierta. Constantemente incluía en sus peticiones la Palabra de Dios. Sus amigos decían que el fundador de los orfanatos no expresaba una petición sin una "palabra de Dios" que la respaldara. De hecho, Müller nunca comenzó a hacerle peticiones a Dios, sino después de alimentarse él mismo con la Palabra de Dios.

Al describir su hora de oración, Müller escribió: "Lo primero que hago, luego de pedir con pocas palabras la bendición del Señor para su preciosa Palabra, es comenzar a meditar en ella, escudriñando, por decirlo así, cada versículo para sacar de él alguna bendición; no por causa del ministerio público de la Palabra, ni para beneficio de la predicación sobre aquello en lo cual estoy meditando, sino con el objeto de obtener alimento para mi alma. Como resultado, he descubierto que, casi invariablemente, luego de muy pocos minutos, mi alma es guiada a confesar o a dar gracias, o a interceder, o a suplicar; de modo que, aun cuando por así decirlo, yo no me haya dedicado a la oración, sino a la meditación, sin embargo, lo que estoy haciendo se convierte casi inmediatamente, más o menos en oración."

George Müller había aprendido el importante secreto de transformar la Palabra de Dios en peticiones llenas de fe. De manera literal él "oraba" la Palabra de Dios.

Charles Spurgeon fue otro famoso líder que entendió este secreto. El expresó: "Toda promesa de las Escrituras es un documento escrito de Dios, que puede reclamarse ante El con esta razonable petición: 'Haz lo que Tú has dicho.' El Creador no engañará a su criatura que depende de la verdad de Él; y aún más, el Padre celestial : no quebrantará su Palabra a su propio hijo."

La oración enriquecida por la Palabra de Dios

La Palabra de Dios es más que un mero fundamento para la oración eficaz; es la sustancia real de ella. Así como la Palabra de Dios da vida al andar diario del creyente, así le da vida a nuestra oración. Con respecto al poder de la Palabra de Dios, Pablo declaró: "Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes" (1 Tesalonicenses 2:13; .cursivas del autor). Sólo recientemente descubrí el asombroso secreto de la oración llamada "Oración saturada de Biblia". En las palabras de Pablo a los tesalonicenses hallamos la base para este modo de orar. Si la Palabra de Dios "actúa" en los que creen, debe producir el mismo impacto en nuestras . oraciones. Al. incluir la Palabra de Dios directamente en nuestra oración, estamos incluyendo directamente el poder de Dios en nuestra oración El salmista dijo: "Nunca jamás me olvidaré de tus mandamientos, porque con ellos me has vivificado (Salmo 119:93; cursivas del autor). Notemos la promesa que dio Dios por medio de Jeremías: “¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?" (Jeremías 23:29).

E. M. Bounds fue un santo de Dios, conocido por su extraordinaria vida de oración. Como abogado durante la Guerra Civil americana, Bounds pasaba un promedio de cuatro horas en oración todas las mañanas. Inmediatamente después de esas horas, escribía las más íntimas experiencias que había tenido en la oración. Como otros líderes espirituales de su generación, Bounds descubrió el tremendo valor de incluir la Palabra de Dios en la oración. Una vez dio el siguiente testimonio: "La Palabra de Dios es el fulcro (punto de apoyo) sobre el cual se coloca la palanca de la oración, mediante la cual se mueven poderosamente las cosas. Dios se ha comprometido El mismo, y ha comprometido su propósito y su promesa, con la oración. Su Palabra se convierte en la base, en la inspiración de nuestra oración, y hay circunstancias en las que con la oración importuna podemos obtener una adición o una ampliación de sus promesas.

El método de la oración saturada de Biblia

Mis experiencias con la oración saturada de Biblia comenzaron cuando recibí un regalo navideño de casetes bíblicos. Oía diariamente pasajes de los Salmos y de los Proverbios durante mi hora de oración. Como en el caso de George Müller, pronto descubrí que ciertos pasajes de la Biblia me impulsaban a orar por necesidades específicas. Antes que pasara mucho tiempo, descubrí que se estaba desarrollando en mi interior un plan definido para enriquecer mi oración con la Palabra de Dios.

Aunque continúo utilizando los casetes bíblicos en mi hora diaria de oración, el uso de una Biblia abierta logra el mismo propósito. Si es posible, tal vez usted quiera usar tanto los casetes como una Biblia abierta.

A continuación presento un sencillo plan de tres pasos para tener una oración saturada de Biblia, que surgió en mi propio programa diario de oración.

En primer lugar, escuche (o lea) un pasaje de la Palabra de Dios. Trate de incluir aproximadamente un capítulo durante cada hora de devoción. Por supuesto, usted puede escuchar un trozo considerablemente más largo que un· capítulo, pero una porción bíblica demasiado larga puede diluir el impacto de la oración saturada de Biblia.

Al usar este método para orar, recuerde que usted no está realmente realizando un estudio bíblico, sino escudriñando las Escrituras en busca de poder real que pueda aplicar a sus peticiones.

En segundo lugar, mientras escucha los casetes bíblicos, mantenga un dedo cerca del botón de apagar el reproductor. (Si está leyendo la Biblia, mueva el dedo lentamente de versículo en versículo.) En el momento que usted descubra un versículo (o dos) que impresione una verdad particular en su corazón, detenga el reproductor, o cierre la Biblia; y con quietud, medite en lo que el versículo le está diciendo. Reflexione en cada aspecto de ese pasaje. Esto ocurrirá por lo general en cosa de pocos segundos. Evalúe detenidamente la manera en que dicho pasaje pudiera transformarse en una petición específica.

Hágase varias preguntas. ¿Me impulsa este versículo a orar por algo específico? ¿Cómo puede aplicarse este pasaje directamente a mi petición? ¿Es posible usar algunas de las palabras de este pasaje bíblico, al pie de la letra, mientras oro?

En tercer lugar, con estos momentos de meditación como base, forme una oración personal "enriquecida" con esa promesa de Dios. En algunos casos, el guerrero de oración puede oír todo un capítulo antes de recibir algún pensamiento específico que se aplique directamente a alguna petición en particular. Pero cuando le llegue ese pensamiento, úselo para fortalecer su petición. Desarrolle mentalmente una oración basada en lo que usted ha leído u oído en el pasaje, y haga esa oración al Señor.

Al desarrollar este método para orar, tenga en mente que no es necesario formar una oración por cada versículo de un capítulo. De hecho, algunos pasajes de la Biblia son algo difíciles para usarlos en la oración saturada de Biblia. En su mayoría, los Salmos, los Proverbios, los Evangelios y las Epístolas del Nuevo Testamento ofrecen el mejor marco para este método de oración.

Además de la oración enriquecida por la Palabra de Dios, el intercesor hallará igual emoción al enriquecer la alabanza de este mismo modo. J. Oswald Sanders, en su excelente libro Prayer Power Unlimited (El poder ilimitado de la oración), explica: "Las Escrituras son ricas en material para alimentar y estimular la adoración, especialmente los Salmos, que son libros de oración inspirados por Dios. Conviértalos en oración. Allí hay amplios tratados de verdad que esperan que los exploremos. Abundan los grandes temas: la santidad de Dios, su soberanía, su verdad, su sabiduría, su fidelidad, su paciencia, su amor, su misericordia; todos los cuales demandan nuestra adoración."

Una advertencia final

Cuando usted comience a poner en práctica la oración saturada de Biblia, tenga cuidado de no descuidar otros importantes aspectos de la oración. Recuerde que nuestra meta, como guerreros de la oración, es desarrollar un hábito de devoción que sea completo y bien equilibrado. A algunos les puede parecer tan satisfactoria la emoción de la oración enriquecida por la Palabra de Dios, que dediquen poco tiempo a otros asuntos serios relacionados con la misma oración.

Tenga cuidado de no descuidar la intercesión, el escuchar, la alabanza, la acción de gracias y los demás elementos vitales que son tan esenciales para la oración "completa". Sin embargo, haga un esfuerzo para darle a la Palabra de Dios su legítimo lugar...

Señor, ¡enséñame a reclamar tus promesas!

La oración saturada de Biblia: cuarto paso en la oración que cambia al mundo

Cuando usted incluye la Escritura en su hora de devoción, pídale a Dios que bendiga su Palabra en la naturaleza espiritual de usted, así como El bendice el alimento natural en el· cuerpo físico.
Examine un pasaje, ya sea de los Evangelios, de las Epístolas del Nuevo Testamento, de los Salmos o de los Proverbios. Busque con cuidado maneras específicas de aplicar cada versículo a la oración.
Cuando estudie usted un versículo (o varios: pregúntese qué petición le impulsa a hacer té pasaje, o qué promesa contiene que respalda directamente una petición específica.
Desarrolle oraciones reales basadas en lo pensamientos y frases incluidos en un versículo (o versículos) de la Biblia, y haga esa oraciones con su confianza puesta en en el Señor.

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