Débora ¡Coraje y humildad en tiempos de desafíos espirituales!

Débora ¡Coraje y humildad en tiempos de desafíos espirituales!

 
¡Sólo el que se orienta hacia la eternidad, puede realizar algo en este tiempo! Peter Hahne


De nuevo y de repente surge una mujer, donde hubieramos esperado de encontrar nada más que varónes – a saber entre los jueces de Israel.



"Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot;  y acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio. Y ella envió a llamar a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: ¿No te ha mandado Jehová Dios de Israel, diciendo: Ve, junta a tu gente en el monte de Tabor, y toma contigo diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón;  y yo atraeré hacia ti al arroyo de Cisón a Sísara, capitán del ejército de Jabín, con sus carros y su ejército, y lo entregaré en tus manos? Barac le respondió: Si tú fueres conmigo, yo iré; pero si no fueres conmigo, no iré.  Ella dijo: Iré contigo; mas no será tuya la gloria de la jornada que emprendes, porque en mano de mujer venderá Jehová a Sísara. Y levantándose Débora, fue con Barac a Cedes." (Jueces 4:4-9 - RV1960)

"Entonces Débora dijo a Barac: Levántate, porque este es el día en que Jehová ha entregado a Sísara en tus manos. ¿No ha salido Jehová delante de ti? Y Barac descendió del monte de Tabor, y diez mil hombres en pos de él." (Jueces 4:14 - RV1960)


Aunque quizá hay asombro sobre una jueza entre los jueces, en el segundo versículo ya notamos una diferencia interesante entre ella y sus «colegas» masculinos:


Débora no viaja por todo el país comprobando si todo está bien – como lo hicieron los demás jueces – ¡no, ella queda en su lugar y las personas vienen hacia ella!


Bueno, podríamos decir y preguntar mucho acerca de Débora. Hay muchas especulaciones, interpretaciones y evaluaciones en conexión con esta mujer interesante y desafiante …


Pero en el contexto de nuestro tema general «oportunidades y peligros de mujeres queriendo vivir delante de y con Dios» – también con una mirada a los «señores de la creación » – quiero ocuparme en detalle solamente de unos aspectos importantes.


En Jueces  4:6-7 resalta claramente que Débora aparentemente recibió una revelación divina, un mandato divino, y llega a ser activa según esa instrucción – y envía a llamar a Barac:


"Y ella envió a llamar a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: ¿No te ha mandado Jehová Dios de Israel, diciendo: Ve, junta a tu gente en el monte de Tabor, y toma contigo diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón; y yo atraeré hacia ti al arroyo de Cisón a Sísara, capitán del ejército de Jabín, con sus carros y su ejército, y lo entregaré en tus manos?"


Barac sigue al llamado de ella, y me parece muy interesante y notable cómo Débora se encuentra con él y argumenta delante de él. A pesar de ostentar la posición de una jueza, no lo recibe con reproches, ni incriminación. No reprocha su pasividad y falta de coraje – ni lo desprecia tampoco!


No le dice: ¡Contrólate, empieza y haz por fin lo que debes hacer!


Tampoco le dice – aunque hubiera correspondido a la verdad: «Dios me dijo: Tu debes hacer tal y tal cosa».


Ella mantiene la dignidad de Barac, lo trata con aprecio y respeto sin ocultar la verdad. Y le deja a él la libertad para decidir. Además expresa el problema a través de una pregunta, así erá más facíl para Barac aceptar la corrección – y en eso ella muestra humildad y sabiduría verdaderas.


Nuestros mejores amigos son los que nos advierten si nos equivocamos. Mark Loughridge


Débora es una mujer talentosa, capaz y ejemplar que parece tener más coraje, fe, confianza en Dios y vista espiritual que algunos varones alrededor de ella. Sin embargo ella usa todas estas capacidades para ayudar, servir y animar, también para cumplir su responsabilidad delante de Dios.


Barac es débil en la fe (¡pero tengamos en cuenta lo que Dios testifica sobre su fe en He 11:32-33!), indeciso y vacilante.


¡La presencia y el apoyo de una mujer fuerte brinda más seguridad a Barac que las promesas de Dios!


¿Pero cómo Débora trata con esta debilidad evidente y esta pobreza de fe?


No dice: «Vaya, deja esto a mí, – tú no vas a lograr nada …!»


No usurpa la responsabilidad ni asume el mando.


Claramente y justamente enumera las consecuencias negativas de su demanda para Barac:


"Iré contigo; mas no será tuya la gloria de la jornada que emprendes, porque en mano de mujer venderá Jehová a Sísara" (Jueces  4:9).


Pero después da un buen ejemplo, se levanta, se pone a su lado, marcha junto con él a la batalla, lo anima, lo estimula, y finalmente lo orienta de nuevo hacia Dios y sus promesas:

"Levántate, porque este es el día en que Jehová ha entregado a Sísara en tus manos. ¿No ha salido Jehová delante de ti?"  (Jueces 4:14).



A veces surge la pregunta: «¿Cómo es de hecho? ¿Debemos en efecto nosotras las mujeres corregir a los hermanos y esposos – o no debemos hacerlo?»


Con lo que hasta ahora he aprendido en la Biblia, mi respuesta es:


Sí, si amamos a Dios, y si su pueblo y su obra son importantes para nosotras. debemos y tenemos que corregir nuestros esposos y hermanos a veces. Pero somos retadas a discernir con mucho cuidado cuál es nuestro motivo, y cuál es la actidud y el objetivo con que lo hacemos. ¡Humildad, honestidad y disposición espiritual son indispensables en esto!

Me parece que Débora es un ejemplo muy impresionante en este «camino por la cresta de la montaña»:


  • Ella vive en comunión con Dios – y Él habla con ella y a través de ella.
  • Ella es una persona que conoce los pensamientos, planes y propósitos de Dios
  • Está dispuesta a servir al pueblo de Dios, a ocuparse de los problemas del pueblo y a participar llevando la carga según sus propias capacidades.
  • Tiene la motivación amorosa necesaria y la medida adecuada de humildad, sinceridad y respeto para ser una corrección buena y útil.


En este contexto hay un texto conmovedor en Romanos 16:1-2:

"Os recomiendo además nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia en Cencrea; 2 que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa en que necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo."


Éste es un versículo muy asombroso!


Aquí tenemos al apóstol Pablo, este ejemplo inigualable y radiante. Y esta «águila en el cielo de la iglesia» (expresión del teólogo alemán Friedrich Wilhelm Krummacher) impresionante referencia de una hermana: «Ella ha ayudado, protegido, asistido a muchos, y a mí mismo!» ¡Que testimonio del apóstol para una mujer!


¡Y cuántas posibilidades, cuántas oportunidades se nos abren como mujeres para asumir una posición bendecida y útil entre nuestros esposos y hermanos!


¡A veces es mucho más difícil tratar correctamente con victorias que con situaciones difíciles!


¿Cómo Débora llevará a buen puerto esta tarea desafiante?


Cuando el enemigo por fin es vencido, se oye un cántico triunfante con muchas estrofas. Y ¡he aquí! Barac ha superado su desánimo y resignación – también con el apoyo y la ayuda de Débora – ¡y puede cantar de nuevo, junto con Débora!


Pero la pregunta cautivadora es: ¿Cómo trata Débora con esta victoria que – desde el punto de vista humano – también es su propia victoria?


Su conducta es digna de ser bien notada e imitada. En la canción que contiene por lo menos 30 estrofas en Jueces 5 ella menciona a sí misma solo tres veces brevemente y al margen, dirigiendo en un lugar siquiera una exhortación a sí misma:


“Las aldeas quedaron abandonadas en Israel, habían decaído, Hasta que yo Débora me levanté, Me levanté como madre en Israel” (Jueces  5:7).


“Despierta, despierta, Débora; Despierta, despierta, entona cántico. Levántate, Barac, y lleva tus cautivos, hijo de Abinoam” (Jueces 5:12).


“Caudillos también de Isacar fueron con Débora; Y como Barac, también Isacar Se precipitó a pie en el valle. Entre las familias de Rubén Hubo grandes resoluciones del corazón” (Jueces 5:15).


Pero interesantemente ella usa ocho estrofas para honrar y alabar la otra mujer que había jugado un papel importante en ese drama, para contar y admirar sus hechos valientes en todo detalle – ¡y esta mujer ni siquiera pertenecía al Pueblo de Dios!


Modestia verdadera, humildad auténtica, un reconocimiento sin envidia de las cosas buenas que otras personas han hecho – esto manifiesta la grandeza interna y las convicciones impresionantes de Débora y muestra el carácter ejemplar de su motivación.


Débora vio sobriamente las debilidades de sus hermanos – pero quiso ser una ayuda y bendición para ellos. Quiso que los planes de Dios fueran ejecutados y que el Pueblo de Dios viviera en paz. Ella quiso aportar todo lo que estaba dentro de sus posibilidades como mujer. Se había identificado con la miseria y las debilidades de su pueblo y estaba dispuesta a«lavar los pies» (para hablar en el lenguaje del Nuevo Testamento), a servir y así llegó a ser motivo de mucho ánimo y un estímulo. ¡Ella fue una verdadera «madre en Israel»!


A pesar de – como jueza – haber tenido el poder y la autoridad de comportarse diferente, no muestra una pasividad falsa que huye de la responsabilidad, ni muestra una actitud dominadora, que usurpa todo para sí misma. La motivación que mueve su corazón de verdad, resalta claramente en el último versículo:


“Así perezcan todos tus enemigos, oh Jehová; Más los que te aman, sean como el sol cuando sale en su fuerza. Y la tierra reposó cuarenta años” (Jueces  5:31).


Para reflexionar

  • ¿Cómo tratas con las debilidades de tus prójimos – y también con las debilidades de los varones en tu vida – y cómo te calificarías a tí misma?
  • ¿Cómo reaccionas, si – según tu opinión – hay algo que debe ser corregido?
  • ¿Tienes la motivación indispensable del amor – como Débora?
  • ¿Puedes ver y alabar las virtudes de otros con sinceridad?
  • ¿Eres capaz de alegrarte sin envidia si Dios usa otras personas?


Un amigo bueno es el que ve mis errores y me los comunica a mí, antes que el ‹enemigo› los descubra y los aproveche para sus propios propósitos!

Más titulos de la misma autora

Priscila, miembro un equipo invencible  





Por Ulla Bühne 

Extraído del libro Mujeres ante Dios, Oportunidades y Peligros; CLV 

Sobre la autora: Ulla Bühne, nació en 1948. Contrajo matrimonio con Wolfgang Bühne en 1969. Ha sido dotada y retada por 7 hijos, 5 yernos y nueras, y 14 nietos. Junto a su esposo ha patrocinado y liderado un campamento cristiano por 27 años, llamado «Schoppen», en Sauerland, Alemania.
Ulla ha sido una fiel y consagrada colaboradora al ministerio de la literatura, así como a la consejería y otros muchos servicios en la obra del Señor.
 
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